Como un bigote a lo antiguo, debajo de la nariz, Álvaro
sostenía su BIC azul, hacía muecas reflejadas en el cristal, caminaba cruzando
la sala imitando a Don Quijote, altivo, erguido, como si tuviese realmente un
destino a dónde ir. De su garganta emanaban
todo tipo de sonidos sin sentido, disonantes y alocados, acompañados de muecas
exageradamente exageradas. Siempre con su BIC azul como bigote, en treinta
segundos fue Fredie Mercury, Dalí, un forzudo cirquense, Charles Chaplin y Fu
Manchú.
-¿Ya les
cnvencí de que no estoy lleno de mierda y que soy un mimo profesional?
-Si. Puede
usted circular.
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