20 oct 2014

EL HOMBRE SENCILLO


Esperó hasta dormirse y soñó con otra Navidad. Aún sabiendo que su ideal era casi una utopía, su fe y su infinita capacidad para creer en lo mejor del ser humano mantenían con vida su cruzada. Soñó con una Navidad humana y fraterna, con un fuerte consumismo emocional y no material. Soñó con una Navidad sencilla, donde compartir fuese algo más que repartir. Soñó con una Navidad globalmente solidaria con los apartados, los incomprendidos, los infectados. Soñó, soñó y soñó...

-Santidad, es la hora.

- Es la hora de los que no han tenido tiempo-respondió.


 Comió  con los marginados de Roma. La Navidad era aquel bonaerense con viejos zapatos.

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