6 mar 2015

APRENDIENDO A ESCRIBIR...

A nadie se le ocurrirá que solo quiso volar, como antes, solo que antes había muchas más cabinas de teléfono y, claro, todo era más sencillo.  Agobiado, pidió permiso para cambiarse en otra cafetería:

—¿Va usted a consumir?
—Verá, no. Tengo un poco de prisa porque...
—¡Venga pa fuera!

Le vibró otra vez el supermóvil que llevaba dentro de su rojo supertanga. Leyó el mensaje mientras se vestía en un callejón...

—Y bien, ¿cómo terminarían ustedes este microrrelato? Tienen cinco  minutos y treinta palabras...

Treinta palabras bastaron para matar a Superman.


No hay comentarios:

Publicar un comentario